martes, 26 de enero de 2010

La blogsívela, como otros tantos trabajos meta-narrativos, muestra el revés; se hace, de hecho, de ese revés, en ese revés. Con salidas falsas, con principios repetitivos, con capítulos que no llevan a ningún lado, con finales que se desdicen, la blogsívela se quiere tartamuda, imperfecta, inacabada, en-proceso-perpetuo. A eso yo le llamo la escritura errante, la que erra y yerra, el lado más vulnerable de los "lenguajes literarios" que le abre la puerta a la heteroglosia, ese temido, y no por eso menos anhelado, extraño."

Cristina Rivera-Garza
No hay tal lugar

viernes, 22 de enero de 2010

Uno, me aventuro, es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores. Uno es una suma mermada por infinitas restas.

Sergio Pitol
El arte de la fuga

lunes, 18 de enero de 2010

Piscis

Hay un tiempo para cada cosa: un tiempo para sembrar, otro para recoger; uno para reír, otro para llorar. Por el momento, atesora la confianza o fe en este tiempo de espera o esperanza. Hay que mantener la calma cuando el mundo está en caos.
Ella me interroga sobre la impresión de las historias que recién ha escrito y me ha enviado por mail. Aún no sé qué responderle. Me siento sorprendida. Muy sorprendida. Las he leído más de tres veces y la sorpresa es la constante. Eso mismo me hace pensar que los vínculos con las mujeres de mi vida tienen un fondo literario. A Azucena, la conocí en una serie de charlas que Margarita Peña ofreció en el Antiguo Colegio de San Ildefonso; Marcela era compañera de clases de Azucena y se convirtió en el personaje central de mis primeros cuentos publicados en la UNAM. Marcela y Azucena; Azucena y Marcela fueron una constante literaria en esos años tormentosos. La Literatura siempre nos sacó a flote cuando el barco amoroso se hundía. Percival el otro gran cómplice. El Poeta también deambuló conmigo en tantas páginas no escritas como aquella noche de septiembre, cuando Sabines dio su último recital en la Nezahualcóyotl. Los Amorosos.

Ella, la ex-esposa del escritor, la amante del poeta-pintor me interroga sobre sus escritos y sé que en su próxima entrega apareceremos Percival y yo. Ella será la narradora-omnisciente que todo lo sabe y todo lo ve. Ella se meterá en mi cabeza como se metió en nuestra piel. Acabará con él. Lo destruirá.

El final. "No quiero que termine" me repito mientras sigo leyendo. Y sé que me convertiré en un personaje mudo si logro sobrevivir. Seré su personaje testigo porque eso soy. Su testigo.

jueves, 14 de enero de 2010


Leonardo y yo trabajamos en sus números y letras en la mesa del comedor.
-¿Te puedo contar un cuento?
-Claro, hijo dime.
-Es sobre las letras. Existe en una isla muy remota una escuela donde entrenan al abecedario. Todas las letras van marchando hacia la plataforma de los lápices, pero en el camino tienen que cruzar un puente y la letra pequeña i se cae al agua, debajo del puente donde corre un río. La letra mayor T representa a la maestra es Teacher. Inmediatamente, le pide a todas las demás letras pequeñas que ayuden a i a salir del agua. Entonces todas trabajan en equipo y sacan a i del agua. La T les pide que se formen en orden alfábetico. Notan que a letra i le falta algo. Mami, ¿Qué crees que le falte a la letra i?
-¿Secarse?
-No mami, ya está seca?
-¿Formarse en orden alfabético?
-¡No!, ma'. La letra i está en su lugar, entre la h y la j. Ay mami! Le falta el puntito! Fíjate que lo perdió cuando cayó al río.


Cuarto sueño: abecedario
abril 2004
Años Luz. Veintiséis cartas y un largo poema de amor.

lunes, 4 de enero de 2010

Tobías se sintió perdido: había sido llamado a ver cosas, a oír voces, a encontrar donde otros apenas estaban buscando.
Aquel día, sentado en el banco, decidió esperar. Y así, esperando, se quedó dormido. Y tuvo un sueño: soñó que alguien venía y le asestaba un golpe. Era La Suerte.
Y despertó de malas, sin entender el sentido de tanta violencia.

El paraíso que fuimos (2002)
Rosa Beltrán

domingo, 3 de enero de 2010

Si existe un ejemplo luminoso de simbiosis entre derecho y literatura, ese es el de Montesquieu, cuyo Del espíritu de las leyes (1748), con su división de teoría de poderes, se encuentra en la base de toda democracia liberal y cuyas Cartas persas (1721) concilian el máximo de relativismo ético, de diálogo partidario con las otras culturas y con las diversidades, con un quantum de irrenuciable universalismo ético, con la fe inconclusa en pocos valores no negociables, fundamento de toda humanidad y de toda sociedad civil. Una posición observa Todorov, hoy más que nunca válida y necesaria ante la globalización, que acrecienta la necesidad de la confrontación abierta con otros sistemas de valores (éticos y jurídicos) y la necesidad de establecer fronteras ya no discutibles (por ejemplo, la igualdad de los derechos independientemente de la identidad étnica o sexual).

Claudio Magris
Literatura y derecho ante la ley
Sexto piso
La antropología no tuvo continuidad sino hasta el Renacimiento, porque la Edad Media europea se sujetó a los preceptos teóricos cristianos y eludió toda formalización científica, explicando que los aconteceres eran simplemente voluntad de dios; sin embargo desarrolló las ciencias exactas en corta medida y comenzó la sistematización de la geografía y algunos otros campos del conocimiento que no atentaban contra las tesis católicas (...). Es entonces, en el Renacimiento cuando la antropología como tal empezó a abrirse camino con mucha lentitud. El término "anthropolegion" fue utilizado por primera vez en Leipzig, en 1501, por Magnus Hundt, en una obra sobre historia de la naturaleza humana que dividió en dos partes: el espíritu y la anatomía.

Ideas introductorias,
Antropología
Beatriz Barba de Piña Chan
en Ciencia (Revista de la Academia Mexicana de las Ciencias)
La misión de las estrellas es fijar algunos sueños.

Esto que ves es un rostro
Lolita Bosch
A contratiempo
Clara sonríe en cuanto ve llegar a Rosaura al restaurante en donde han quedado de verse. Rosaura reconoce la mirada de Clara apreciándola, admirándola casi morbosamente cuando ella se acerca a saludarla. Ambas se sientan a la mesa mientras un mesero sirve un poco de Merlot en copas de vino. Inmediatamente Rosaura abre su computadora portátil y va al grano. Hoy no hay preámbulos ni coqueteos; hoy es una cuestión estricta trabajo y nada más. Clara no tarda en elogiar los planes de Rosaura, y en reconocer la eficacia de su trabajo. Sorpresivamente, Clara decide acariciar el rostro de Rosaura, como parte de los halagos al proyecto. Pero, Rosaura rechaza el gesto con sutileza. Clara pregunta sobre esto y aquello como si nada hubiera ocurrido. Luego aspira una bocanada de aire muy cerca de Rosaura, y emite un suspiro ruidoso.
-¿Pero qué olor a paraíso es ese, será la eternidad? –pregunta Clara inclinándose cerca de los labios de Rosaura. Ella dirige su mirada muy lentamente de los labios de Clara a sus ojos café. Rosaura tiene los labios en forma de corazón, y sabe que sus labios poseen cualidades de atracción mitológicas, o por lo menos eso le han dicho. Basándose en esta información, se los ofrece coquetamente a Clara, y en el momento en que ésta está a punto de morder el anzuelo, los retira.
-Sí, Clara. “Eternidad” es el nombre de mi perfume –dice con una sonrisa socarrona. ¿Cómo supiste?
L

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