Cuenta la leyenda que un mago creó la más hermosa de las joyas que ojos humanos jamás habían visto. Durante años la guardó en un cofre de marfil adornado de piedras preciosas. Un día, el mago se enamoró de Libusa, diosa lunar de tez pálida y ojos almendrados. Deteminado a convercerla de su amor, el mago abrió su cofre y le dijo mostrando su tesoro: "si te quedas conmigo esta joya será tuya". Libusa, conmovida por aquel regalo, accedió gustosa, y el mago transformó la joya en una ciudad. Así fue como nació Praga. Desde entonces, el rostro lunar de Libusa contempla su ciudad con ojos extasiados, y el mago divaga entre sus calles dejando su sombra estampada en las paredes.
Praga en su laberintoMauricio Molina
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