Susie,
Tu carta es hermosísima porque me acerca a tu mundo espiritual, a tu mundo emocional y porque también me confronta con nuestra relación. Nuestro encuentro en México fue uno intenso, lleno de incertidumbre por un lado, y de certeza por el otro. La incertidumbre del futuro, del destino. La distancia física entre nosotras cuestiona nuestra relación constantemente. La certeza de que nos queremos es definitiva. Eso lo sabemos. Y pienso que es lo más cuenta, Susie. Sé que para ti todo esto es muy difícil. Emocionalmente funcionamos de maneras diferentes.
Me dolió verte tan aturdidad, tan frágil por tu enfermedad y por tus nervios. ¿Por qué tanta angustia, por que tanta ansiedad? Me gustaría reconfortarte, llevarte a algún lugar en donde encuentres paz, tranquilidad. Y ese lugar se encuentra en ti. Ay Susie! Ya no te atormentes, ya no pienses tanto.
Mis lágrimas resbalan, atraviesan mi rostro, se deslizan sobre el cuello para sumergirse en la marea picada que golpea mi corazón. Me gustaría que escribieras algo más alegre. Susie, sé que pronto vas a superar este estado emocional.
Te agradezco mucho que hayas reanudado nuestra correspondencia. Sabía que era cuestión de tiempo. Optaste por el silencio y lo respeto. Ahora que has decidido reanudarla, no tienes idea el gusto que me da.
Leonardo está muy bien. Las fiestas de halloween nos mantuvieron ocupados. El disfraz, los dulces, la escuela, la decoración en la casa. Nos divertimos mucho. En cuanto llegamos mi jefa nos invitó a cenar a su casa por el día de acción de gracias. Fue una cena deliciosa de pavo y y pay de calabaza. Ella y su esposo están locos por Leo. Lo quieren mucho y le hacen cualquier cantidad de fiestas. A Leo y a mí nos gusta pasar los fines de semana en casa de ellos.
Aquí ya empieza a nevar. Nevó el sábado un centímetro y luego dehielo. El frío ya empieza a sentirse y llueve, llueve mucho. Parece ser que este invierno no será duro. Leo quiere que ya nieve, pues piensa que Santa llegara antes si todo se encuentra lleno de nieve.
Mis días transcurren llenos de actividades y de satisfacciones. Sin embargo, mi salud se encuentra un poco frágil. Hoy no fui a trabajar por la fiebre tan alta que tengo. Creo que necesito descansar un poco. Y relajarme, pues ando con mucho estrés.
Me comuniqué con mi mamá ya terminó su terapia de quimio, pero ahora le van a hacer otra serie de estudios para asegurarse de que efectivamente el cáncer ha sido erradicado. Eso me tiene contenta, pues significa que tengo mamá para rato, para mucho rato.
Siento mucho la enfermedad de tus padres. Yo sé precisamente lo que se sufre al tener a un padre o madre enfermo/a. Y además se te junto con el registro de la tesis. ¡Qué lástima! Y sí, Susie, yo tampoco lo hubiera tomado con calma. No me sorprende que tú misma te hayas enfermado. Espero que la salud de tus padres se restablezca y la tuya también.
Susie, te quiero agradecer los libros que me obsequiaste. El de las escritoras chicanas lo he disfrutado mucho. Incluso se lo presté a mi jefa para que leyera la versión en inglés. Fíjate que estuvimos discutiendo sobre cuestiones sexuales y de género. Sobre el rol particular que nos somete la sociedad por ser mujeres. El tratar de romper este rol tiene un precio y eso lo sé bien. Ser madre soltera. Como si uno tuviera que justificar lo que uno es.
El otro libro que también he disfrutado mucho es el de las JL. He aprendido mucho de la sabiduría de estos pueblos indígenas. Enhorabuena Susie, pues admiro tu dedicación y entrega para la causa.
El sábado nevó y fue el día que estaba deprimida. La depresión tiene que ver con mi periodo. Sé que en esos días emocionalmente soy un verdadero caos. Lloré y lloré. Extrañé mi pasado intensamente. Los recuerdos, los momentos, las personas, los olores, los colores, las mariposas azules de otro cielo en otro tiempo, me lastimaron. William me preguntó por este estado. Le pedí que me dejara sola; necesitaba pensar y sentir todo esto. Creo que eso me da perspectiva sobre mi propia vida y sobre mi misma. Me dejó estar y me preguntó si mi estado anímico se debía a esos días del mes. Creo que Will está empezando a conocerme. Le platiqué lo que pensaba. Necesitaba un abrazo tuyo, Susie. Necesitaba verte y caminar juntas por el espacio escultórico. Sentarnos y conversar. Hasta extrañé el capuccino de la cafetería de difusión. Extrañé los olores de la facultad, del espacio escultórico, de la cafetería. El olor que más extrañé con dolor fue el de tu cabello. Me haces falta.
También extrañé otros momentos de mi vida. Recuerdos de el güero y nuestra convivencia por cuatro años, es algo que definitivamente ha dejado huella en mi vida. El sábado también me hizo falta él. Ay Susie, de verdad me gustaron tanto las líneas que me enviaste: un tiempo-no-medido, un mundo-otro. Algo en sí mismo. La impenetrabilidad, la reticencia, su si-mismo. Aquello que regresa en el momento exacto para colocarse sobre el mundo como un velo (crg).
Le conté mis recuerdos a Will. Me parece que no apreció mucho el hecho de que extrañe a otras personas, como quizá tú misma no aprecies el hecho de que extrañe al güero. Sí, Susie, ya puedo ver esa mueca burlona y hostil de niña celosa cuando menciono a otras personas. Sin embargo, se que te da gusto saber cuanto y como te extraño. La vida se me hizo menos dura, menos pesada gracias a tu apoyo, a tu presencia. Y sabes que, no creo que los personajes de nuestro pasado tengan derechos de exclusividad. Es decir, a veces regresan sin evocarlos y a veces no regresan aunque uno los evoque.
En cuanto a ti, me da un gusto enorme que hayas regresado cuando te evoqué, pues te pensé mucho en ti durante los últimos días de mi estancia en México y durante todo el tiempo acá. Me da gusto que reanudemos este vínculo, pues al hacerlo te conviertes nuevamente en una persona que vive en mi presente. Cuando tu silencio, tuve mucho miedo de que pasaras a ser un personaje de mi pasado. ¡Gracias por romper ese silencio! Tanto a ti como a mí nos hace bien sentarnos a escribir y dialogar entre nosotras. Creo que este ejercicio nos brinda claridad. Arroja mucha luz hacia nuestro propio mundo interior y nos ayuda a ver el mundo de la otra.
Te mando un abrazo muy fuerte,
L
*Años Luz. Veintiséis cartas y un largo poema de amor.
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