miércoles, 10 de diciembre de 2008

dos miradas que se cruzan
una esquina: amsterdam y michoacán
una mañana fría
cuento los billetes mentalmente mientras ella paga la cuenta
las dos estamos literalmente frente a una caja que registra códigos

dos miradas que se cruzan
/en un instante
somos personajes de un pasado común
en un instante/
nos reconocemos: ella-psicoanalista, yo-su alumna
/en un instante
freud lacan silvia plath regresan
Daddy

Dalí, Mary Shelley, Frankinstein

If I've killed one man, I've killed two--
The vampire who said he was you
And drank my blood for a year,
Seven years, if you want to know.
Daddy, you can lie back now.

quince años después regresa su mirada
entonces cuento la historia y respiro

la psicoanalista argentina de origen italiano
la psicoanalista argentina-mexicana brillantísima
la psicoanalista lacaniana también pedagoga

la alumna que leía todo y más
la alumna que la seguía después de clase (sin que hubiera una sola palabra entre la dos)
la alumna que hablaba de ella en su terapia
la alumna que solía ser en su clase, silenciosa
la alumna que la miraba y admiraba su inteligencia
la alumna que admiraba la precisión de su lenguaje. La profundidad de su mirada
la alumna que podía reconocer su caminar firme y elegante entre los alumnos del aeropuerto
la alumna que la seguía como se persigue a la luz

la psicoanalista lacaniana se piró, literalmente, se marchó. En ese mundo suyo. Nadie, ni sus hijos pudieron seguirla. La acompañaron en su mutismo. En casa. En Su Casa. Ella sólo quería un pincel. Dibujó, pintó su universo. Ese que ella misma describía con lujo de detalles. Los psicóticos suelen ser perseguidos por demonios. Entonces Hölderling con sus luminosos aires celestiales se elevó junto a ella. Le dictó cartas para Diótima. Caminaron. Meses. Años. Ella regresó. Y en ese tránsito, una mañana la distinguí cruzando fronteras. Atravezaba Insursugentes de manera mecánica. Laberíntica. Su dirección. La Creación. Ha regresado. Está de vuelta. Viva. Lo vi en su mirada. En ese instante (que me devolvió su luz) del mutuo reconocimiento. Entonces cuento la historia. Respiro.

martes, 9 de diciembre de 2008

22 semanas
22 semanas tiene de gestación. Será Niña. Los miré juntos a los tres. Tan jóvenes. Tan envidiablemente amorosos. Ahí juntos los tres mirando el cielo. Tres y medio. Casi cuatro. Amorosos.
Poesía. Trabajos escolares. Amigos. Infidelidad. Sexo. Todo ello sobre la hierba, las hormigas y los grillos. Mi vértigo se fue atenuando. Lento. Ucrania. Austria. Canadá. EU. Una larga lista de temas fronterizos.

viernes, 5 de diciembre de 2008

El deseo erótico queda en la biografía de todo sujeto fijado a determinados tipos de objeto, fijación del deseo que será constituyente esencial de su ser, de igual manera la modalidad que adopte el deseo de reconocimiento pasará a constituir una característica específica del sujeto. Verdadero anclaje del deseo que al adquirir el papel de una estructura intrapsíquica regula la captación del otro y su relación con éste.

El anhelo de ser un yo ideal existe en todo sujeto, pero en lo que se varía es en la medida en que ese anhelo domina la vida mental. Con el deseo de ser un yo ideal sucede igual que con el deseo erótico: no hay nadie que escape de él, pero el grado de fijación, la modalidad del vínculo, el nivel de represión, el de sublimación cambian de un sujeto a otro.

Verdadera experiencia del placer narcisista que, al igual que la experiencia de satisfacción de la necesidad, constituirá un punto de fijación, una memoria que atraerá constantemente el deseo de repetición.

(continuará...)

jueves, 4 de diciembre de 2008

"Te gustan las mujeres frívolas" tenía en mente esa frase mientras me acercaba al Instituto. Me gustan las mujeres es cierto. Frívolas. No lo sé. Cuando llegué ella estaba ahí en su oficina; revisaba papeles frente un archivero. Me detuve unos segundos antes de tocar la puerta. La observé a través del cristal. Vestía un fino traje sastre de lana. Negro. Ajustado. Su silueta a lo lejos siempre me ha atraído. Me gusta mirarla. Me atrae su elegancia. Su femeneidad. Ella se percató de mi mirada. Entonces abrió la puerta y me abrazó con un entusiasmo fervoroso, el de dos personas que se reencuentran después de una larga ausencia. Un largo después. Después acercó sus labios a mi oído y susurrante dijo si hubieras venido ayer, me hubieras visto con el collar de semillas. A todo el mundo le gustó tu regalo. Y a ti, también, verdad. Le contesté. A propósito de regalos, vengo a cambiar la fecha de nuestro desayuno. Me iré antes. Podríamos comer aquí mismo en tu oficina. Ella se rehusó al principio. Luego me preguntó por el día. Martes. Ella movió la cabeza de un lado a otro. El martes tengo sesión. Sesión de qué, la interrogué. Depilación.
Depilación. Te podrá parecer una frívolidad, pero no lo es. Me depilaré las piernas. Y algo más. Permanecí en silencio mientras ella guardaba papeles en el cajón izquierdo de su escritorio. Es metódica. Hay un orden horizontal en el arreglo de sus objetos. En su ordenador. Nombres. Números. Fechas. Música.
Música beat. Mis manos invariablemente están en su cuerpo. Empiezo y termino por su cabellera. Negra. Sedosa. Encuentro cualquier pretexto para deslizar mis dedos por sus cabellos delgados. Para entretejerlos. Para acercar su mirada a la mía. Complaciente. Luego, ella espera a que mis manos bajen por su espalda. Toma mi mano. La levanta al aire. Gira como si bailaramos. Su cercanía me asfixia. Su cabello acaricia mi rostro. Ella ríe. Me depilaré el martes.
"Me gustan las mujeres frívolas". Salí de Jurídicas pensando en la fina vellosidad de sus piernas. En la depilación.

martes, 2 de diciembre de 2008

Un poeta é passato
attraverso l'oceano balenante
dell'atmosfera di pietra e d'acciaio
della cittá nocturna.

Lungo le strade rugghiano
infragendosi in scoppi
le forze inesorabili,
calmi fiumi di stelle
che impazziscono in gorghi.

Il poeta attraversa
tutto il cielo notturno
e ha gesti grande, come chi combatta.

Un uomo che cadesse tra le stelle
serrérebbe cosí
le mani dall'angoscia sulle tempia,
ratonando nel ritmo.

Negli aloni di luce
il poeta s'agguaglia nel delirio
agli uragani cosmici di forza
della cittá nocturna.
(17 dicembre 1928)

Cesare Pavese (1908-1950)

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Vivo en Amsterdam 62. Bis.