lunes, 30 de marzo de 2009

Madruga de lunes
Me despierta el sollozo de mi madre en mi sueño. Despierto. Ella llora amargamente. Su llanto me conmueve. Inconsolable. Es la palabra que califica la escena. Despierto. La humedad en mi rostro se hunde en la alhomada. Vuelvo a soñar.

Quiero despertar del sueño pero mis ojos están cerrados. Quiero consolar a mi madre pero yo no soy parte de la escena. Ella llora por mi hermana. Mi hermana está ausente. Despierto.
*
Hay una persecusión en las calles. Alguien te está buscando me digo. Otra vez estoy en aquel edificio de cuatro pisos y puedo mirarlo todo desde arriba. Yo tengo el control me repito. Nadie me atrapará. Mi hermano me espera. Hay una misión. Como cuando jugábamos en el parque España hasta ya muy tarde. La noche era parte del juego. Un desafío. Escondidos detrás de los árboles. No había sombras.
*
Su rostro misericordioso apareció al final de mi sueño. Sus ojos compasivos se detienen en los míos. Y toma de mis manos una bolsa de algodón. Un hilo dorado envuelve el misterio. Ella deshace el nudo. Un par de aretes de oro. Los reconozco. Son de mi madre. Brillan. Es acaso una ofrenda. Una ofrenda a su amistad. Rosa.

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
Vivo en Amsterdam 62. Bis.