lunes, 10 de mayo de 2010

Hace un par de días cuando preparaba el material que presentaré en mi última exposición de Derechos Humanos, pensé que tendría que acudir al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, dado que me ocuparé de hablar sobre el derecho a la cultura, y en particular, los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas. Terminé mi ensayo, luego mi presentación en power point, revisé el sitio web de este Instituto, y fui en la búsqueda de material de difusión. Sus oficinas se ubican en avenida Insurgentes, casi esquina con el eje 10, muy cerca de la UNAM. Aunque conozco al director general, opté por contactar como cualquier ciudadana, vía telefónica, con el personal idóneo; así que yo tendría que acudir a recoger el mismo. Lo hice la misma tarde del día de mi llamada. Mi sorpresa, mi grata sorpresa fue encontrarme a una joven que me reconoció apenas entré a la oficina del director. Tú eres Susana B, la miré fijamente y le dije, y tú Ceci V, de la Fundación Rigoberta Menchú. Y nos abrazamos con entusiasmo. Habrán pasado más de diez años desde entonces. Me contó sus andanzas en organizaciones no gubernamentales, y la comisión nacional para el desarrollo de los pueblos indígenas, en la comisión nacional para prevenir la discrimanción, etc., etc., pues entonces la miré una vez más. Ella se acercó y me acarició el cabello, me preguntó el tiempo que tenía de usarlo corto. Te acuerdas, verdad. Mi cabello trenzado y los huipiles. Algo así. También me preguntó por mi madre. Y quizá lo más me latió fue escucharla hablar con precisión sobre los avances reales en derechos humanos. Debo admitir, que efecto, muchas situaciones han mejorado. Otras no. Hay derechos emergentes. En fin. Un reencuentro luminoso. Ahora ella, se encarga de una secretaría en este Instituto. Su juventud, su belleza y sus conocimientos, de seguro, aportan mucho a la causa. Y me llenó de alegría sabernos en los mismos rumbos. Nos veremos en junio para la presentación sobre contactos y cooperación internacional. Ah, los caminos de la vida si son como yo esperaba (ajjajajajaja), creo que mejores. En realidad, puedo sentirme acompañada porque el camino es muy largo, largo.

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
Vivo en Amsterdam 62. Bis.