miércoles, 29 de octubre de 2008

Corazón de Medea
Cuando extrajo de su muñeca la vena más delgada y la ató al ombligo, en suave torrente se fue diluyendo la alquimia de su cuerpo:
--Busqué la muerte en el umbral de una nube. Dentro, la luna paría mi dolor. No había nada fuera de aquel tiempo. Ahora me he detenido a tiritar mi locura... ya no te amo Amor.
Y un grito secó se perdió en el Amanecer.
GM

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