viernes, 31 de octubre de 2008

un día después el sueño se hizo realidad. El llanto en mi sueño. Un llanto ahogado que me remite a mi infancia. Aquella ocasión cuando mis padres se fueron un par de días y me dejaron con mis hermanos mayores. Sentí tal abandono de mi madre que lloré los dos días. Mis hermanos no sabían qué hacer conmigo. Creo que eso mismo vio mi hermana. Mis azotes infantiles. Sólo que esta mañana soñé que mi madre ya no estaría más conmigo. Y mi padre estaba cerca de mí, listo para sacarme de las reacciones convulsivas que solían darme de niña. En realidad, era el berriche, luego, esa sensanción de ahogo. Papá estaba ahí y yo lo mira suplicante: ¡Mamá no puede irse! ¡mamá no!, pero mi madre ya se había ido y yo despertaba. Y era cierto todo. Despertaba en el sueño. Y entonces lloraba, lloraba, lloraba y lloraba.
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A lo largo de nuestras vidas firmamos una sucesión de innumerables pactos de amor, que se desprenden de un beso, una mirada o simplemente una palabra. La interminable búsqueda de esa otra mitad que nos espera en alguna parte, pasa en realidad por compartir escenas y hechos de lo cotidiano, que nos revelan las virtudes y defectos del otro o la otra que ocupa el espacio del amor anhelado.

Saber amar se convierte entonces en saber compartir y valorar los detalles que forman nuestra identidad, hasta que un día la identidad del ser amado y la propia no se reconocen la una sin la otra.

Los frágiles hilos con los que se tejen todas las historias de amor en el inquietante movimiento de la cotidianidad.
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hoy concluye un gran proyecto. Mi diplomado sobre diversidad sexual.
9 meses de lecturas, de preguntas, de elaboración de ideas. Una gran elección para aproximarse a lo que uno es desde otra óptica. Ahí en lo individual. Ahí en lo social. Es una satisfacción haber llegado al final. Intimidades transformadoras. Cuerpo erótico y cuerpo político. Coordenadas teórico de la relación entre sexualidad y producción cultural. En fin. Algo ya se modificó en mí.
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Padre mañana te veré y no quiero que mamá se vaya contigo.

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